04 febrero, 2012

Tus manos traviesas nunca se olvidan.

Y me cogiste la mano, y no la quisiste soltar, notábamos cómo sudaban, pero eso era lo de menos.
Tú seguías mirándome, y  en un segundo, conseguías sacarme más de una sonrisa. Seguías apretando mi mano, más cada vez. Me rodeaste con tu brazo. Sentía cómo se me salía el corazón del pecho, y quiero creer que tú sentías algo parecido. Parecíamos dos niños tontos jugando, riéndonos, mirándonos, recordando viejos tiempos.. y me apoyé en tu hombro, los dos cerramos los ojos.. y es que te prometo, que no sé que daría por volver a repetir ese momento. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario