26 febrero, 2011

Empezar de cero.

Cuántas veces hemos deseado borrar un día, un instante, un momento, hasta un año de nuestras vidas, borrarlo todo y vaciar nuestra memoria. Cuántas veces deseamos volver a ser niños, vivir todo de nuevo, recuperar lo que se fue o dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar. Algunos simplemente no esperan nada del tiempo. Da lo mismo regresar o avanzar, simplemente renuncian a que el tiempo continúe su paso y se marchan con lágrimas y un largo adiós. Si deseáramos en
algún momento perder completamente la memoria y plegarnos por ejemplo a la frase "empezar de nuevo" ¿cuántas cosas nos perderíamos? serían como aquellas cosas que se pierden y luego se extrañan. Perderíamos el calor del primer beso y la sensación de aquel amanecer que fue perfecto. La nostalgia por amores pasados y la inocencia con la que nos entregamos a lo desconocido. Quedarían atrás los amigos que iban a ser eternos, las cartas que nos hicieron llorar, la primera o última vez que vimos a un gran amor, los brazos mas cálidos, el día que pensamos que se iba a caer el mundo, el dolor más bonito, la sonrisa mas esperanzadora, el nacimiento del sentimiento más puro. ¿En realidad comenzamos una vida nueva o matamos otra llena de bonitos recuerdos? dejamos una vida y un presente que nos da infinitas oportunidades por soñar con un futuro perfecto que no existe, o un pedazo de cielo donde no sabemos que nos espera.
¿Vale realmente la pena perder la memoria?

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